¿Qué es el umbral de escorrentía y por qué es importante para la gestión del agua? En este post te explicamos este concepto y cómo se puede calcular.
La escorrentía es el agua que fluye sobre la superficie del suelo cuando la precipitación supera la capacidad de infiltración del mismo. El umbral de escorrentía es la cantidad mínima de precipitación que se necesita para que se produzca escorrentía. Es decir, es el punto a partir del cual el suelo ya no puede absorber más agua y esta empieza a desplazarse por la superficie.
El umbral de escorrentía (Po) depende de varios factores, como el tipo de suelo, la vegetación, la pendiente, el uso del terreno y el estado inicial de humedad. Por ejemplo, un suelo arenoso tiene una mayor capacidad de infiltración que un suelo arcilloso, por lo que necesita más precipitación para generar escorrentía. Del mismo modo, un suelo cubierto de vegetación retiene más agua que uno desnudo, y una superficie plana favorece la infiltración frente a una inclinada.
Para calcular el umbral de escorrentía se pueden utilizar diferentes métodos, como el método empírico de Horton, el método del número de curva (CN) del Servicio de Conservación de Suelos (SCS) o el método del índice de escorrentía potencial (IRP). Estos métodos se basan en relaciones matemáticas entre la precipitación, la infiltración y la escorrentía, y requieren conocer algunos parámetros del suelo y del clima.
El umbral de escorrentía es un dato relevante para la planificación hidrológica, ya que permite estimar el volumen de agua que se va a generar por escorrentía ante un evento de lluvia. Esto tiene implicaciones para el diseño de obras hidráulicas, como presas, canales o alcantarillados, así como para la prevención de inundaciones y la protección del medio ambiente.